Los 3 errores más frecuentes de las personas cuidadoras.

Si has llegado hasta aquí, intuyo que te has sentido identificada con algo que has leído en la web. Puede ser que tú te hayas encontrado en situación de cuidar a una persona o que conozcas a alguien de tu entorno que se encuentra en esta situación.

A veces, cuando se cuida a alguien, puede producirse el Síndrome de Burnout (el cuidador quemado, te hablaré de él más adelante).

En esta guía, pretendo descubrirte algunos errores muy sencillos, que sin querer, es fácil cometer cuando cuidamos de alguien. Si te encuentras en una situación de cuidador/a, es bueno que los leas, así podrás evitar algunos síntomas del cuidador quemado.

¿Qué errores puedes cometer si estás cuidando de alguien?

  • Te pasas el día haciendo lo que te pide o lo que crees que necesita. Todos tenemos una necesidad innata de proteger a las personas que queremos y más aún cuando han sufrido alguna enfermedad o situación desagradable. Es normal que intentes complacerla, pero es bueno establecer límites para que tu también tengas tiempo de ocuparte de tus cosas.

  • Controlas la agenda y TODO de todo el mundo, pero tu no encuentras ni un momento para llamar al médico si tu te sientes mal. Estás taaaan acostumbrada a ir hasta arriba de trabajo y de organizar a toda la familia que ya, ni sientes ni padeces. Pero no te engañes, todos necesitamos un poco de autocuidados para sentirnos bien y gozar de una buena calidad de vida.

  • Haces tareas de más para que no las tenga que hacer él o ella. Te levantas por la mañana y recoges todo antes de que se despierte, le peinas porque lo hace mal, haces mucha fuerza para ayudarle a levantarse de la silla (aunque viste en rehabilitación que con la fisio se esfuerza más)...y así, podría ponerte mil ejemplos. Ayúdale a hacer lo que no puede, pero no intentes sustituirle. La autonomía es la clave (entre otras cosas) de una buena calidad de vida.


¿Te sientes identificad@ con alguna de ellas? ¡Lo sé! ¿Qué cómo puedo saberlo? Porque lo he vivido en casa y en el trabajo, con mis pacientes y sus familias.

Al inicio, después del diagnóstico de una lesión o enfermedad, es normal volcarse en el familiar afectado e intentar que esté lo mejor posible. El problema viene cuando, con el tiempo, no permitimos que nuestro familiar empiece a espavilarse por si sol@ y seguimos haciendo todo el trabajo y más.

En este punto, ocurren 2 cosas:

  1. Nuestro familiar se acostumbra, se deja querer, y parece que cada vez demanda más cuidados.

  2. Interferimos en el buen desarrollo de su enfermedad y su autonomía. Cuanto menos hace una persona, menos ganas tiene de hacer.

Espero que te haya servido de ayuda esta reflexión. Cualquier cosa, hablamos.

¡Un abrazo!

Anna


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