Duelo por diagnóstico de enfermedad o lesión

El gran desconocido

Vivimos en un mundo donde parece que todo debe irnos siempre bien. Donde parece que debemos superar todo lo que nos pasa. Mirar hacia adelante. No pensar en las cosas negativas. Fijarnos en todos los ejemplos de superación que tenemos alrededor y hacer lo mismo. 

En un mundo, donde sufrir “no está bien visto”.

Las redes sociales van llenas de momentos felices, pocas veces de momentos tristes (aunque parece que esto van cambiando leeentamente). 


Nos equivocamos. 

El sufrimiento forma parte de la vida. Si no hubiese sufrimiento, no habría felicidad. No sabríamos lo que es la felicidad. 

Sufrir y pasarlo mal ante ciertas circunstancias y situaciones es normal. Es importante aceptar el sufrimiento, transitarlo y luego tomar un compromiso para salir adelante. Aunque esto no siempre significa que el sufrimiento vaya a desaparecer. 

Ante determinadas situaciones, el sufrimiento va ligado a un duelo, que es justamente ese proceso de aceptación que ocurre mientras nos sentimos mal. 

El duelo por la muerte de un ser querido, es el más aceptado y conocido. Pero hay muchas otras circunstancias en las que podemos pasar por un proceso de duelo. 

Por ejemplo, últimamente se habla mucho del duelo por la pérdida de un bebé que no ha llegado a nacer. Si has leído o conoces a alguien que ha pasado por esta situación, sabrás que se dicen cosas como: no te preocupes, tendrás otro hijo, eres muy joven… 

Frases como ésta, son justamente las que refuerzan la idea de que sufrir no está bien visto. Queremos que la madre esté bien, se anime. Pero esa madre necesita hacer un duelo por la pérdida de su hijo y muchas veces parece que eso no se permite. 


Pues bien, aprovecho este ejemplo para comentarte que esto mismo pasa con las enfermedades o lesiones adquiridas. 

Cuando a un@ le diagnostican un cáncer o una esclerosis múltiple, o tiene un ictus necesita sí o sí hacer un duelo. Aceptar la situación que acaba de ocurrir y hacer un planteamiento de cara al futuro.

Muchas personas te dirán:

  • Que no pasa nada, que seguro que te recuperarás pronto. 

  • Que no te preocupes que saldrás adelante, que esto no es nada. 

  • Que conocen a Pepita que le pasó lo mismo y está estupendamente. 

También hay otras personas que te contarán todo lo malo de otros que han pasado por lo mismo que tu:

  • Que si Menganita está en silla de ruedas y no ha vuelto a andar. 

  • Que si tengo un tío que sufrió mucho con la rehabilitación


La cuestión es, que tanto la persona que lo sufre como su familia, necesitan hacer un duelo. 

Hay varias fases de duelo y no siempre se pasa por todas ellas, aunque suele ser lo común. 

Te las dejo a continuación:


Las fases del duelo

Etapa de negación

Son esos momentos en los que crees que todo puede cambiar o mejorar, crees que quizás los médicos se han equivocado con el diagnóstico. Es una forma de aplazar el dolor que supone aceptar la nueva situación y las pérdidas (movilidad, actividades...) que has sufrido o sufrirás.

Etapa de ira

Es el momento en que se intentan buscar culpables o responsables de los hechos, de la enfermedad, de los síntomas. Aparecen sentimientos de ira y resentimiento provocados por las frustración de ver que la situación es irreversible, que no puedes volver atrás.

Etapa de negociación

Es la etapa donde crees que hay alguna forma de revertir la situación. Piensas o fantaseas en como habrían ido las cosas si hubieses hecho algo diferente, si habrías evitado así tu situación actual. Piensas en estrategias que podrían haber evitado el resultado final. 

Etapa de depresión

Te atrapan la tristeza profunda y la sensación de vacío por la pérdida o situación en la que te encuentras. Puedes sentir que no tienes razones para seguir viviendo, que ya no volverás a tener la vida de antes, que tendrás que renunciar a lo que te gusta. Puede incluso que eso te provoque alejarte de tu entorno.


Etapa de aceptación

Una vez aceptada la situación, aprendes a vivir con el dolor y con esas perdidas que os ha tocado vivir. Con el tiempo se recupera la capacidad de experimentar alegría y motivación por cosas nuevas. Si ves que te cuesta llegar a este punto, pide ayuda.



Si estas pasando por un proceso de enfermedad o lesión adquirida, seguramente te habrás sentido identificad@ con alguna de estas. 


Cuando esto no ocurre, a veces, es importante ir a terapia. Para poder hablar de las sensaciones y soltar lo que uno lleva dentro. Es de esta manera como conseguimos, de verdad, mirar al futuro aceptando la situación que vivimos en cada momento. 

Espero que te haya servido. Me gustará saber si sientes que has hecho un duelo en caso de haber pasado por una situación de sufrimiento. 


Un abrazo, 

Anna

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